algunas cosas no parecen ser elegantes,
como gritar en un concierto
(y equivocarte de frase)
y me da igual
como cuando espero que mis palabras
sean la forma de tocarte cuando
no estás
aquí
como cuando los ojos se me ponen
rojos de llorar y hasta a los espejos
les pego la tristeza
o
como cuando hacemos ruido a las 2 a.m.
y me imagino a los vecinos con sus
"ya están otra vez"
pero es que ciertas cosas
no necesitan ser elegantes,
necesitan
hacerte
sentir
(viva)
en lo más hondo
y en la cima
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