me reflejo mejor en los charcos
que en los espejos
me reconozco mejor a oscuras
me siento más segura
descalza y de puntillas

le doy vueltas al dedo
enredado en mi pelo;
por el efecto mariposa
voy a provocar un torbellino en alguien

me gusta ser directa,
pero siempre he sido más de esperar
a que algo llegue
mientras le doy vueltas al dedo
enredado en mi pelo

así que me siento en la ventana
por hacer un poco más emocionante la espera
por justificar mis inestabilidades,
y veo pasar las nubes, los coches,
las prisas, los saludos, el tiempo,
mi pelo colgando por el cuello, por la espalda
lo pongo delante de un hombro,
el otro hombro lo miro de reojo por si a alguien
se le ocurre darle un par de golpecitos para llamar
y si todavía no pasa, enredo un dedo en mi pelo
para darle vueltas

se me da mejor escribir sobre piel que
enfrentarme al papel en blanco,
arañar acariciando la piel es escribir versos,
ir trepando por una espalda, entre las sábanas,
encontrar un cuello con el que soñar antes
de cerrar los párpados, porque escribir versos es
como poder enredar los dedos
en el pelo de alguien,
enredarse en su poesía