Mi foto
Más inestable que el tritio. Más abstracta que Kandinsky.

11.03.2013

Los amores a primera vista me hacen un poco más feliz.
No hablo de esos que ves a una persona y de repente necesitas acercarte, hablarle, esperar no equivocarte, enamorarle, pasar toda tu vida con. 
No.
Hablo de esas personas que destacan, para ti, te llaman la atención, un segundo, dos parpadeos, te quedas embobada con su mirada perdida, con su pelo revuelto, con algún gesto o del movimiento de sus dedos. Y no necesitas más.
Lo idealizas todo: cómo te acercas, su sorpresa, su personalidad, tus ganas de no separarte de su lado, la forma de enamorarte, de encontrar lo que has buscado en cada risa, esa manera que tiene de hacerte feliz... y ya. Porque no te acercas, no le saludas 'te he visto y te has vuelto imprescindible', no ves su sorpresa. No pasa nada. 
Y aún así, mientras imaginas, te notas alegre, como que lo ha conseguido sin haberlo intentado, sólo con el hecho de estar ahí, en ese momento, en esa calle, en ese bar, la ventana de en frente, te ha arrancado una sonrisa. Te quedas con el recuerdo bonito, porque las cosas no se estropean si no las tocas, están ahí.
Gracias (extraños) por hacerme imaginarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario