cuántas veces tendré que bailar al borde del precipicio para que me empujes?
porque, seamos sinceros, tú y yo, haríamos un desastre de nosotros, una caída casi sin fin,
-pero tan apoteósicamente bonita-
después de todo, al primer "tequiero", tocaremos (menudo golpe nos vamos a llevar) suelo,
y, mira, si tras el golpe, aún seguimos compartiendo
ruinas, desastres, caos, tristezas, domingos, incluso algo bonito
desde el fondo del precipicio, sólo se puede subir
-despacio-