El tiempo ya no se escapa como antes. 

Como rozaba la arena en tus pies, el agua sobre tus manos, el brillo cegador del sol sobre tu pelo. Y fue todo eso lo que esperaba, y nada más. 

El campo verde, el aire golpeando en tu ventana, las nubes naranjas, rosas, grises... Y pensar que cada día era infinito, y cada noche, también. 

Los días de colores, de miles de colores, que no lograré olvidar... 

Nunca supiste ver qué tenías delante, ibas despacio. Tu calma siempre me superó. Salí corriendo, y sé que nunca me gritaste, ¿para qué? El mundo está demasiado ocupado para atendernos. Pero nos da igual, TODO nos da igual. Y seríamos infinitos, como aquellos días... No lo conseguimos. Será que no nos gustaba creer en el destino, y lo ignoramos, y seguimos nuestro camino. Dudo que te prometiera que iba a ser diferente al resto, pero lo he sido. Mis adiós eran como un ''hola'' adelantado. Y si ese día te dije ''hasta siempre'', por algo sería. 

Tomaré el horizonte que veo como mi futuro, mi destino... ya que éste sí que lo puedo ver. Te aseguro que no se cruzarán, que ya hemos cambiado de camino. 

Yo camino por el mío y sólo espero que alguien entre en él, no que se cruce; fue el error que nunca logramos ver.